domingo, 1 de septiembre de 2019

Ganador del concurso veraniego


Me gusta el helado
porque en él se guardan 
los suspiros del verano.

El ganador es Anónimo. ¡No seáis tan tímidos!
¿Teníais alguna otra poesía? ¡Comentadla!

martes, 20 de agosto de 2019

Con tres versos... ¡Un poema!

Hola otra vez. Espero que estéis teniendo un buen verano. ¡Aquí estoy de nuevo para continuar haciendo poesía con vosotros! Y, como ya llevamos vistos los pareados y las metáforas... ¡Vamos a intentar hoy un nuevo tipo de estrofa!

Pues sí, lo habéis adivinado: hoy haremos poesía con tres versos. No es más difícil, para nada. Vamos a intentar comprenderlo primero como hemos hecho antes con los pareados. Mirad esto:

Corre por los caminos con vestido de seda.
Sus largos cabellos ondeando.
Ella salta y binca hasta llegar a la alameda.


Si lo analizamos, veremos que su fórmula es 14A 10- 14A, siendo la rima asonante. Por tanto, estos versos son de arte mayor. Y, al ser tres, decimos que esta estrofa es un terceto. Fácil, ¿no?

Pero mirad este otro poema de Antonio Machado (que además es una paradoja):

El ojo que ves no es
ojo porque tú lo veas;
es ojo porque te ve.


Esta vez, su fórmula métrica es 8A, 8-, 8A. ¡Y es de arte menor! Sin embargo, aunque se parece mucho al terceto, no es uno de ellos, sino una soleá.

¡Vaya! Pero si ambos tienen tres versos... Pues son dos tipos de estrofas diferentes. Veamos qué los diferencia:

  • Un terceto es de arte mayor (normalmente con versos endecasílabos). En él, la rima puede distribuirse como ABA o ABB, y es consonante. Los versos pueden tener diferente medida. Se suelen encadenar varios tercetos, y muchos autores juegan con la rima (por ejemplo, haciendo que sigan la fórmula ABA BCB CDC...)
  • Una soleá es de arte menor, y los versos son normalmente octosílabos. En esta estrofa, el primer verso tiene rima asonante con el tercero.
  • Cuando la estrofa es de arte menor pero tiene rima consonante (algo así como un terceto en miniatura), la llamamos tercerilla.
Si queréis más información acerca de estas estrofas podéis pinchar aquí.

Y ahora... ¡Vamos a crear! ¿No tenéis ganas?

Lo primero que voy a deciros es que, pese a que nos hemos puesto teóricos antes, vamos simplemente a componer estrofas de tres versos sin preocuparnos mucho por la forma que tienen. ¿Os imagináis un poema en el que combinamos versos de arte menor y arte mayor? Una cosa así:

La puesta de sol de varios colores.
Conchas marinas.
Llega hasta mí el olor de las flores.

No es feo, ¿verdad? Pero tampoco cumple con ninguna de las estrofas que hemos visto antes. Pues también os animo a esto: a que inventéis vuestras propias reglas.

Os he traído algo más:



Brilla la espiral del agua marina.
Bajo las olas hay una sirena,
en noches de luna sale y camina.

¿Hola? ¿Estáis ahí? ¡Genial! Porque ahora os toca a vosotros.

¡Buscad vuestra libreta de poemas! Tenéis que inspiraros y hacer algún terceto bonito. ¡O una soleá! O cualquier cosa que os apetezca.

¿Podéis escribir algo inspirándoos en esta foto?


PD: El concurso veraniego está a punto de acabarse. Puedo declarar desierto el premio... ¡Pero eso no ocurrirá si recibo poemas bonitos!

miércoles, 10 de julio de 2019

La poesía es el lenguaje de la belleza



¿Nunca habéis oído decir que la vida es una caja de bombones? Seguro que reconocéis que se refiere a que pueden pasar tantas cosas que es como si eligieras un bombón al azar de una de esas cajas surtidas: no sabes cuál te va a tocar.

Esa identificación del concepto de vida con el de caja de bombones es un recurso literario, y se llama metáfora. Así, expresamos un término por medio de otro completamente diferente. Ambas realidades suelen tener ciertas semejanzas, que son las que nos permiten identificarlas entre ellas.

Las metáforas son recursos literarios semánticos, ya que modifican el significado de una palabra. Están formados por dos términos: el real (aquel al que se hace referencia) y el imaginario (el que utilizamos para identificar con el primero). Por ejemplo, en esta metáfora de Miguel Hernández:

Todas las casas son ojos
que resplandecen y acechan.

El término real son las casas (porque se refiere a ellas), y el imaginario son los ojos. No hay ojos en realidad, solo está hablando de que las casas se parecen a los ojos porque resplandecen y acechan.

Aquí os traigo más ejemplos donde podéis identificar los términos reales e imaginarios:

Tú eres el huracán y yo la alta
torre que desafía su poder.
(Gustavo Adolfo Bécquer)

La cebolla es escarcha
cerrada y pobre.
(Miguel Hernández)

Cada canción 
es un remanso
del amor.
(Federico García Lorca)

Sus lindos ojos de cielo
en el horizonte fija.
(Rosalía de Castro)

No es tan difícil, ¿verdad? Aunque a veces los autores se las ingenian para hacer metáforas muy escondidas, en las que no siempre aparece el término real. Por ejemplo, si os digo las perlas de tu boca, supondréis que en realidad hablo de los dientes... Eso sí, de una manera muy poética.

Y es que la metáfora es uno de los recursos literarios más utilizados. Quizás porque te permite buscar más allá de las palabras, intentando comprender qué es lo que el poeta verdaderamente quiere decir.

He preparado unas cuantas metáforas para vosotros en pareados:


Mi boca, tu puerta; pasa.
Y mi corazón, tu casa.


El agua es un espejo transparente
que devuelve los suspiros a tu mente.


En tus dos luces añiles de madrugada
quiero posar mi mirada.

¡Ahora os toca a vosotros! Hacer una metáfora es muy sencillo: solo tenéis que pensar en un término (lo más fácil es empezar con conceptos muy generales como el amor, la paz, la belleza...) e intentar compararlo con algo que os recuerde a eso; pero, muy importante, no podéis utilizar la palabra como. ¡Porque eso es otro recurso literario diferente, la comparación! Probad con esta fórmula:

Término real es término imaginario.

Así, podréis crear metáforas como estas:

El amor es una cometa en libertad.
La paz es una paloma sin cadenas.
La belleza es la portada del mundo.

Y, si queréis avanzar un paso más, no tenéis más que intentar suprimir la palabra es. ¡Que os divirtáis intentándolo!

Para terminar, os propongo tres retos poéticos:
  1. Intentad crear una metáfora inspirándoos en esta foto:
  2. Tratad de componer otra metáfora cuyo término imaginario sea trozos de cielo dispersados. ¡A ver a qué os recuerda esa pequeña idea!
  3. ¡Participad en el concurso veraniego! Ahora que sabéis cómo hacer metáforas, ¡seguro que os resulta mucho más fácil escribir un poema bonito!
¡Comentad si habéis logrado superar los tres!

lunes, 1 de julio de 2019

Concurso veraniego

¡Ya es julio! Eso significa que muchos de nosotros tenemos más tiempo libre.

¿Os apetece dedicarle algunos minutos al arte de la poesía? He puesto aquí varias fotos relacionadas con el verano, que podéis utilizar como inspiración:





¿Se os va ocurriendo algo? ¡Genial!😃 

Porque voy a proponeros una cosa: ¿Qué tal si escribís un poema de extensión libre inspirado en una de las cuatro fotos que he puesto antes? Puede ser la primera, con ese girasol tan veraniego y un fondo donde la luz crea una curiosa belleza; o la segunda, donde vemos una piscina y el reflejo de los árboles en ella. También os podéis inspirar en la tercera, con esa puesta de sol en la playa; o en la cuarta, que se nos hace la boca agua con esos tres conos de helado.

Vuestro poema no tiene por qué rimar, pero tenéis que aseguraros de que sea una poesía (revisad mi entrada Somos poetas).

El concurso empieza hoy mismo (1 de julio) y termina el día 31 de agosto. ¡Tenéis dos meses enteros para escribir esa poesía! Y podéis participar tantas veces como queráis.

Solo tenéis que hacer clic en el siguiente enlace



Se os pedirá el título de vuestra poesía, la foto en la que os habéis inspirado, vuestro poema y vuestro nombre o seudónimo. También podréis añadir vuestras redes sociales o algún comentario acerca de vuestra poesía (si os ha costado, por qué habéis elegido la foto, si el poema está dedicado a alguien...).

¿Cuál es el premio? ¡El ganador verá su poesía publicada en una entrada! Incluiré también su nombre o seudónimo y sus redes sociales si las ha puesto, para que los demás podáis seguirle. Además, será la persona que decida el tema para el próximo concurso.

¿Qué os parece? ¿Tenéis ganas de poneros a escribir?😋💚

lunes, 24 de junio de 2019

Rimamos porque nos apetece

Por fin os traigo el otro elemento que necesitábamos para entender un poema: la rima. Es un parecido, bien por semejanza o por igualdad, entre los sonidos de las palabras, a partir de la última vocal acentuada.

Para ello, necesitamos saber identificar la sílaba tónica de una palabra. En poesía, la rima se da al final de cada verso, así que tendremos que localizar esa sílaba en la última palabra. Una vez que lo hagamos, vamos a utilizar un criterio:
  • Si en ambas palabras coinciden todas las letras desde la vocal tónica (tanto vocales como consonantes), estamos hablando de rima consonante.
  • Si, en cambio, desde el último golpe de voz solo coinciden las vocales, nos encontramos ante una rima asonante.
  • Si no coinciden ni las vocales ni las consonantes, el verso será suelto o libre.
La rima la vamos a marcar con letras cuando la analicemos en un poema. ¿Recordáis lo que os expliqué el otro día sobre los versos de arte mayor y arte menor? Pues bien, cuando la rima esté en un verso de arte mayor, vamos a poner una letra mayúscula; y si se encuentra en un verso de arte menor, la letra será minúscula. Además, tenemos que utilizar una letra diferente para cada rima.

Pero todo esto vais a verlo mucho mejor con un ejemplo. Volvamos a Bécquer de nuevo, con su rima XXIII:

Por una mirada un mundo;  -
por una sonrisa, un cielo,  a
por un beso..., ¡yo no sé  -
qué te diera por un beso!  a

Se puede apreciar claramente que la rima es asonante. De hecho, también encontramos que el primer y el tercer verso son libres; ya que mundo no rima con, mientras que cielo y beso sí lo hacen. Como estos versos son de arte menor, la letra que hemos utilizado es minúscula.

Ahora vamos a analizar el comienzo de un poema que seguro conoceréis: "La canción del Pirata", de José de Espronceda.

Con diez cañones por banda,  a
viento en popa, a toda vela,  b
no corta el mar, sino vuela  b
un velero bergantín.  c

Bajel pirata al que llaman,  a
por su bravura, el "Temido",  d
en todo mar conocido  d
del uno al otro confín.  c

Ahora analicemos detenidamente cada una de las rimas: a es una rima asonante; b, c y d son rimas consonantes.
Si analizáis el resto del poema, vais a comprobar que esta estructura se repite a lo largo de la obra, pero la rima que aquí llamamos c varía en algunas estrofas, siendo asonante.

En fin; de momento es fácil diferenciarlas, ¿no? Veamos otro ejemplo, esta vez de arte mayor:

Te recuerdo como eras en el último otoño.  -
Eras la boina gris y el corazón en calma.  A
En tus ojos peleaban las llamas del crepúsculo.  -
Y las hojas caían en el agua de tu alma.  A

Es el comienzo del sexto poema de la obra de Pablo Neruda "Veinte poemas de amor y una canción desesperada". Como podéis ver, también hay versos libres y rima consonante.

Voy a traeros, como siempre, fotitos en las que me he inspirado para crear unos poemas, y vosotros tenéis que intentar diferenciar la rima asonante y consonante en ellos.


Esfera de cristal perlada de mi mundo
en el lago de las almas sin rumbo. 


Rojo de amapola, flor del campo verde,
rojo de amapola que siente y me quiere.


Atareada de la mañana
en la brisa, bien temprana.
Olor a miel de montaña
con los cantos de una rana.

Hay otra cosita que quiero comentar, porque me gustaría que pensarais en darle otra utilidad a todo esto de la rima y la medida. ¿Alguien ha intentado alguna vez cambiarle la letra a una canción pero no le cuadraba lo que quería cantar? Os recomiendo analizar la canción como si se tratara de un poema, y con el esquema métrico resultante crear vuestra propia letra.

Y seguro que apreciáis que las canciones rimen, ¿verdad? Aquí os traigo un ejemplo: "Cometas por el cielo", de La Oreja de Van Gogh. Mirad bien cómo está estructurada la rima en la canción:



Ahora, como siempre, os animo a crear vuestros propios poemas. Y, aunque haremos lo de las canciones más adelante, ¿a alguien le apetece probar a ver si logra cambiarle la letra a su canción favorita? ¿O preferís hacer un montón de pareados con distintos tipos de rima?

Hasta la próxima entrada, ¡y que veáis la poesía en todas partes!

lunes, 17 de junio de 2019

Medimos porque queremos

¡Por fin ya estoy aquí con todo lo que necesitabais para medir un poema!
Y es que, aunque no lo parezca, saber datos sobre la medida y la rima de los poemas os ayudará mucho a la hora de crear los vuestros de manera más profesional. Porque esta es la parte difícil de hacer poesía, ¡pero todo se puede lograr!

Así que, antes de hacer nuestras propias rimas, practicaremos con unos cuantos poemas.
La medida de un verso, o cómputo silábico, consiste literalmente en contar su número de sílabas, y es algo importante ya que de esto depende en gran manera el ritmo y la musicalidad del poema.
Seguro que sabéis cómo se hace: contamos los golpes de voz. Pero, además, debemos tener en cuenta todo esto:
  • Hay veces que una palabra termina en vocal, y casualmente la palabra que la sigue comienza otra vez por vocal. Entonces nuestra lengua tiende a unir ambas palabras, y lo que eran dos sílabas por separado, ahora son solo una. Es lo que se llama sinalefa. Pero cuidado, porque también puede producirse cuando una palabra acaba en hache.
  • Los autores pueden utilizar un hiato para impedir la sinalefa (entonces las dos sílabas seguirían contándose por separado). Nos daremos cuenta, porque la medida no cuadrará si hacemos sinalefa.
  • Si la palabra con la que acaba la frase es aguda, hay que sumar una sílaba más.
  • Sin embargo, si la última palabra es esdrújula, lo que tenemos que hacer es restar una sílaba.
  • La diéresis consiste en separar el diptongo. En lingüística, la marcamos con los dos puntitos.
  • La sinéresis es lo opuesto. Contamos como una sola vocal dos que deberían estar separadas.
Estos dos últimos recursos fuerzan al habla a actuar de manera anormal, por lo que no vamos a tenerlos muy en cuenta. Aunque si os pica la curiosidad, siempre podréis consultar la información que os dejo.

Ahora, a modo de ejemplo, vamos a analizar unas rimitas del gran maestro Bécquer. Todas ellas pertenecen a su obra "Rimas y leyendas". Voy a separar las sílabas y a poner de otro color los recursos ya vistos. Empecemos con un fragmentito de la rima XXX:

A-so-ma-ba a-sus-o-jos-u-na-lá-gri-ma  *12 sílabas menos 1 sílaba son 11 sílabas.
y a-mi-la-bio u-na-fra-se-de-per-dón*10 más 1 son 11 sílabas
ha-bló el-or-gu-llo y- se en-ju-gó-su-llan-to  *11 sílabas
y-la-fra-se en-mis-la-bios-ex-pi-ró. *10 sílabas más 1 son 11 sílabas

¿Veis cómo una poesía tan bonita tiene su técnica detrás? Los autores clásicos y románticos tenían que estar muy pendientes de la rima y la medida. Pero ahora vamos a analizar la rima LX:

Mi-vi-da es-un-e-rial:
flor-que-to-co-se-des-ho-ja;
que en-mi-ca-mi-no-fa-tal
al-guien-va-sem-bran-do el-mal
pa-ra-que-yo-lo-re-co-ja.

¿Cuántas sílabas os salen? Si habéis tomado el primer verso como una sinalefa, vuestra medida será 7-8-8-8. No pega, ¿verdad?
Y es aquí cuando tenemos que hacer algo para que el primer verso cuadre. Pro no hay problema, porque podemos utilizar un hiato:
Mi-vi-da-es-un-e-rial:
Y ya se nos queda un verso de 8 sílabas como los otros.

Pero, claro, no todos los versos de una estrofa van a tener la misma medida. Mirad la rima LXXXII :

Es-el-al-ba u-na-som-bra
de-tu-son-ri-sa,
y un-ra-yo-de-tus-o-jos
la-luz-del-dí-a;
pe-ro-tu-al-ma
es-la-no-che-de in-vier-no
ne-gra-y he-la-da.

7-5-7-5-5-7-5: también podemos utilizar la polimetría (versos de medidas distintas dentro de una estrofa) para crear un poema interesante. 
De hecho, voy a traeros ejemplos de estrofas que solo pueden construirse si se respeta una medida determinada, como la lira y la copla de pie quebrado. ¡Pero eso será más adelante!

¡Ah, se me olvidaba! Cuando un verso tiene ocho sílabas o menos, se dice que es de arte menor. En cambio, si posee más de ocho sílabas, es de arte mayor. Así, la rima XXX estaría compuesta por versos de arte mayor, y las rimas LX y LXXXII poseerían versos de arte menor.

De momento, ya tenéis bastante de teoría por hoy. Ahora viene mi sugerencia creativa: ¿por qué no, ya que sabéis cómo funciona la medida, hacéis un verso teniendo en cuenta esto? Por ejemplo, ya que el otro día vimos los pareados, ¿alguien se anima a hacer un pareado de arte mayor? ¿O unos versillos libres, como queráis, de arte menor?

Evidentemente, no estaría llamando a la creatividad sin un poquito de inspiración. Ahí os dejo esta foto. ¿Os atrevéis a escribir algo sobre ella?




lunes, 10 de junio de 2019

Relax con Beethoven

¿Ocupados? ¿De exámenes? ¿Necesitáis relajaros porque vais a explotar? O, igualmente, ¿queréis sentiros inspirados pero no sabéis cómo? ¡No problem! Tengo la solución a todos vuestros problemas.

Sí, lo habéis adivinado: ¡música clásica! Pero no cualquiera, ¡sino de mano del gran maestro Beethoven!


Esta musiquilla es perfecta para estudiar o relajarse. ¡Y no os preocupéis por su duración! Así no tendréis que estar constantemente cambiando de canción.

Además, hay versiones en YouTube que duran una hora de obras como Para ElisaClaro de luna.

¿Que por qué comento esto?

  • Porque imaginaos que estáis de exámenes y necesitáis estudiar urgentemente, y por alguna razón hay jaleo cerca. Una buena música clásica estimulará vuestra concentración y los resultados serán mejores.
  • Porque tenemos una vida para agobiarse, llena de plazos y horarios, y un poquito de relax nunca viene mal.
  • Porque quizás en algún momento necesitáis inspiración, y la música es capaz de abrir nuestra mente hacia ideas nuevas.
Si queréis, podéis darle a la versión de sesenta minutos de Claro de Luna (o la de Silence) y pensar en hacer una poesía sobre la luna, la noche o la nieve. ¡Probadlo y ya me diréis!