miércoles, 10 de julio de 2019

La poesía es el lenguaje de la belleza



¿Nunca habéis oído decir que la vida es una caja de bombones? Seguro que reconocéis que se refiere a que pueden pasar tantas cosas que es como si eligieras un bombón al azar de una de esas cajas surtidas: no sabes cuál te va a tocar.

Esa identificación del concepto de vida con el de caja de bombones es un recurso literario, y se llama metáfora. Así, expresamos un término por medio de otro completamente diferente. Ambas realidades suelen tener ciertas semejanzas, que son las que nos permiten identificarlas entre ellas.

Las metáforas son recursos literarios semánticos, ya que modifican el significado de una palabra. Están formados por dos términos: el real (aquel al que se hace referencia) y el imaginario (el que utilizamos para identificar con el primero). Por ejemplo, en esta metáfora de Miguel Hernández:

Todas las casas son ojos
que resplandecen y acechan.

El término real son las casas (porque se refiere a ellas), y el imaginario son los ojos. No hay ojos en realidad, solo está hablando de que las casas se parecen a los ojos porque resplandecen y acechan.

Aquí os traigo más ejemplos donde podéis identificar los términos reales e imaginarios:

Tú eres el huracán y yo la alta
torre que desafía su poder.
(Gustavo Adolfo Bécquer)

La cebolla es escarcha
cerrada y pobre.
(Miguel Hernández)

Cada canción 
es un remanso
del amor.
(Federico García Lorca)

Sus lindos ojos de cielo
en el horizonte fija.
(Rosalía de Castro)

No es tan difícil, ¿verdad? Aunque a veces los autores se las ingenian para hacer metáforas muy escondidas, en las que no siempre aparece el término real. Por ejemplo, si os digo las perlas de tu boca, supondréis que en realidad hablo de los dientes... Eso sí, de una manera muy poética.

Y es que la metáfora es uno de los recursos literarios más utilizados. Quizás porque te permite buscar más allá de las palabras, intentando comprender qué es lo que el poeta verdaderamente quiere decir.

He preparado unas cuantas metáforas para vosotros en pareados:


Mi boca, tu puerta; pasa.
Y mi corazón, tu casa.


El agua es un espejo transparente
que devuelve los suspiros a tu mente.


En tus dos luces añiles de madrugada
quiero posar mi mirada.

¡Ahora os toca a vosotros! Hacer una metáfora es muy sencillo: solo tenéis que pensar en un término (lo más fácil es empezar con conceptos muy generales como el amor, la paz, la belleza...) e intentar compararlo con algo que os recuerde a eso; pero, muy importante, no podéis utilizar la palabra como. ¡Porque eso es otro recurso literario diferente, la comparación! Probad con esta fórmula:

Término real es término imaginario.

Así, podréis crear metáforas como estas:

El amor es una cometa en libertad.
La paz es una paloma sin cadenas.
La belleza es la portada del mundo.

Y, si queréis avanzar un paso más, no tenéis más que intentar suprimir la palabra es. ¡Que os divirtáis intentándolo!

Para terminar, os propongo tres retos poéticos:
  1. Intentad crear una metáfora inspirándoos en esta foto:
  2. Tratad de componer otra metáfora cuyo término imaginario sea trozos de cielo dispersados. ¡A ver a qué os recuerda esa pequeña idea!
  3. ¡Participad en el concurso veraniego! Ahora que sabéis cómo hacer metáforas, ¡seguro que os resulta mucho más fácil escribir un poema bonito!
¡Comentad si habéis logrado superar los tres!

1 comentario:

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